Observación de las personas al rededor
Podemos observar desde este punto a mucha gente, caminando
hacia la puerta de salida, otros cuantos entrando, las que salen lucen más
contentos que los que entran.
Hay chicos jugando ping pong, muy entretenidos, corriendo de
un lado a otro tratando de alcanzar la pelota, y cuando no lo logran corren rápido
tras ella.
A mi izquierda un par de chicos, bueno un chico y una chica,
se saludad y besan demostrándose su amor, parecen felices, él no quiere dejarla
ir.
Hay personas subiendo y bajando escaleras con destino hacia
su salón o la cafetería. Muchos otros caminan en parejas hablando y riendo; un
par de dirigen a control escolar, buscando al mismo tiempo algunos papeles en
sus mochilas.
Pasan también algunos profesores, caminando con pinta de
malas personas, como el DR. Muñiz que siempre viene muy “trajeado” pero con
cara de malhumorado, como si hubiera tirado su café sobre sí mismo. Hay otro
profesor, vestido de traje que no deja
de dar vueltas por los pasillos, para ser específicos por el segundo piso, como
si no encontrara el salón al que debe dirigirse, aunque finalmente parece ser
que el lugar que buscaba era el baño. J
Hay un par de chicas sentadas en un sillón azul, frente a
control escolar, se hablan en ocasiones, mirando de reojo a uno que otra chico…
y chica, que pasan cerca de ellas, aunque la mayor parte del tiempo la pasan
mirando su móvil.
Veo un grupo de chicos también acomodados en medio circulo
gracias a los sillones, dos son pareja (o eso parece) ríen mucho y hablan bastante
alto, acerca de sus exámenes y fechas de cuando tienen que entregar sus tareas,
todos parecen cansados pero aun así sonríen como si fueran felices.
Hay al fondo en la sala de espera de la clínica San
Francisco un chica, luce aburrida (la comprendo) está muy sola pero aún así no
ha mirado su móvil en ningún momento… olvídenlo, acaba de hacerlo.
Pasaron un par de personas atrás de mí, ella intentaba convencerlo
de que se inscribiera a esta “apreciable” universidad, aunque él no parecía muy
convencido, se dirigieron a la biblioteca.
Los chicos que jugaban dejaron de hacerlo, ahora acomodan
los sillones para sentarse a platicar, se lanzan sus chamarras mutuamente a la
cara.
El profesor de traje sale del baño, pero regreso bastante
pronto a él, y la chica de promoción deja a su “presa” en la biblioteca y ella
camina de regreso.





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