jueves, 12 de febrero de 2015

Ejercicio etnográfico

Observación de las personas al rededor 
Podemos observar desde este punto a mucha gente, caminando hacia la puerta de salida, otros cuantos entrando, las que salen lucen más contentos que los que entran.
Hay chicos jugando ping pong, muy entretenidos, corriendo de un lado a otro tratando de alcanzar la pelota, y cuando no lo logran corren rápido tras ella.
A mi izquierda un par de chicos, bueno un chico y una chica, se saludad y besan demostrándose su amor, parecen felices, él no quiere dejarla ir.
Hay personas subiendo y bajando escaleras con destino hacia su salón o la cafetería. Muchos otros caminan en parejas hablando y riendo; un par de dirigen a control escolar, buscando al mismo tiempo algunos papeles en sus mochilas.
Pasan también algunos profesores, caminando con pinta de malas personas, como el DR. Muñiz que siempre viene muy “trajeado” pero con cara de malhumorado, como si hubiera tirado su café sobre sí mismo. Hay otro profesor,  vestido de traje que no deja de dar vueltas por los pasillos, para ser específicos por el segundo piso, como si no encontrara el salón al que debe dirigirse, aunque finalmente parece ser que el lugar que buscaba era el baño. J
Hay un par de chicas sentadas en un sillón azul, frente a control escolar, se hablan en ocasiones, mirando de reojo a uno que otra chico… y chica, que pasan cerca de ellas, aunque la mayor parte del tiempo la pasan mirando su móvil.
Veo un grupo de chicos también acomodados en medio circulo gracias a los sillones, dos son pareja (o eso parece) ríen mucho y hablan bastante alto, acerca de sus exámenes y fechas de cuando tienen que entregar sus tareas, todos parecen cansados pero aun así sonríen como si fueran felices.
Hay al fondo en la sala de espera de la clínica San Francisco un chica, luce aburrida (la comprendo) está muy sola pero aún así no ha mirado su móvil en ningún momento… olvídenlo, acaba de hacerlo.
Pasaron un par de personas atrás de mí, ella intentaba convencerlo de que se inscribiera a esta “apreciable” universidad, aunque él no parecía muy convencido, se dirigieron a la biblioteca.
Los chicos que jugaban dejaron de hacerlo, ahora acomodan los sillones para sentarse a platicar, se lanzan sus chamarras mutuamente a la cara.
El profesor de traje sale del baño, pero regreso bastante pronto a él, y la chica de promoción deja a su “presa” en la biblioteca y ella camina de regreso.



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