Reporte de lectura
Capitulo V. El poder de <<el costumbre>>
En la región de Tuxpan hay alrededor de 25 mara’akate ya formados.
Se encuentran diseminados en las diversas zonas donde habitan los linajes a que
pertenecen. Los mara’akate son varones
cuya edad sobrepasa los 50; algunos manejan el español con dificultad; ninguno sabe leer y escribir puesto que la instalación
de las escuelas en la sierra los encontró como adolescentes o adultos jóvenes.
La mayoría están sanos a excepción de uno que sufre alcoholismo, otro que tiene
carnosidades en los ojos y uno más con artritis reumatoide. No todos tienen el conocimiento completo para
ser cantadores o terapeutas.
Junto a su función como terapeutas y cantadores los mara’akate
de desenvuelven en su vida personal casi como cualquier otro huichol, y sus
preocupaciones ordinarias son semejantes a las de todos los demás.
La autoridad del mara’akame dependen en parte de su función como
tal, pero son las decisiones y estrategias para crearse una posición las que
les dan su papel ante la comunidad.
De acuerdo a la tradición y <<el marco de conocimiento>>, la única
influencia directa en la vida comunal que los mara’akate tienen es en la designación
de tareas para la participación en las ceremonias, en lo cual tienen bastante éxito.
Finalmente la autoridad que los mara’akate ejercen no es
gratuito, pues esta tiene que ser ganada en cada uno de los espacios. Debe
competir por liderazgos familiares, por arroyos y planicies, por créditos y
puestos con maniobras similares a las de cualquier otro huichol, pero además,
<<las envidias>> entre ellos, los recelos de los huicholes comunes,
las rivalidades ordinarias y el mismo proceso de su formación les obligan a
mantenerse en medio de un mundo inseguro.

Felicidades 10
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